El arte ha sido lenguaje de iconos apocalípticos, desde antes de los sueños narrativos de Daniel, fue el cordero sedente sobre el libro sagrado de los siete sellos esotéricos, y más tarde la paloma trinitaria de simbolismo cristiano.
Como creación material, el arte a marcado la cultura universal imaginativa emanativa y sustancial; no salida de la nada, sino de estados superiores. Un creador, un obrero y la naturaleza; todo en un solo conjunto no panteísta, sino comunitario. Nada es absoluto todo es generado a pesar de su esencia, así transciende a las facultades omnímodas, en forma tan sublime y etérea que ningún pensamiento puede navegar en la oculta sabiduría.
La manifestación ornamental del arte a estado entre Caldeos e hinduistas -egipcios y persas – teósofos – masones - rosacruces y budistas – judíos - musulmanes y cristianos
San Agustín, Balmes y Espinosa, dejan muchas teorías al respecto de la fecundidad del creador sin ser el absoluto; la Kábala lo llama “AIN SOPH”= simplicidad en perfecta unidad ilimite. Misterio inescrutable de lo arcano y divino.
El artista es un sustentante de la creación y en el lenguaje sacro de los sephiroths hay para ellos cinco códigos incrustados como mandatos dictados por el creador de belleza.
(1) CHOK MAH= sabiduría.
(2) BINAH= inteligencia o entendimiento.
(3) TIPHERETH= belleza.
(4) HOD= gloria o esplendor.
(5) YESOD= fundamento.
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