Investiga, lo que se ve

Escudriñando lo que esconde la ciencia de lo oculto, oculta lo que descubre.

El fenómeno de lo desconocido, símbolos de formas no especuladas por un alegórico misticismo, si no por el sentido cuántico de la totalidad que representa, no es más que la constancia relativa. Descubrir la clave es aprender a leer símbolos representados en letras, así representamos los misterios y lo que ocultan como fenómenos de energías concentradas.

El arte en los principios

El origen fue en África; su tierra, la primera galería de símbolos gráficos de la civilización. La cultura aborigen del hombre comenzó su tejido en el medio oriente y aparecen los primeros rasgos del racionamiento en Etiopia cuna de nómadas ritos alegóricos sacrificios a dioses, hermetismo y magia; África era todo, Arabia-Egipto-Israel-Turquía y Marruecos.

El arte comenzó como símbolos de iniciados en ejercicios espirituales por reveladores humanos llamados Atlantes; quienes fueron los últimos avasalladores de Egipto, de esa semilla, Egipto resplandeció en la civilización y la cultura, cimento como herencia los primeros rasgos geométricos: rectángulos-cilindros-cuadrados, desarrollados por los Atlantes. Los Etruscos ya había creado el triangulo. El África negra, la azabache cuna de la civilización, con sus raíces enterradas en el subsuelo de la prehistoria fue y es el perfil de la imaginación con sus símbolos trazados sobre rocas, en los troncos de los árboles y en su propia piel.

La chispa de la imaginación broto de la hoguera producida por el puro carbón negro de la raza humana; de ese fuego saltaron todas las tonalidades, desde el rojo purpura en degrade hasta los frívolos rosados, azul llama, arcos de amarillos y el gris ceniza del rescoldo humano.

África es la madre de la ornamentación litúrgica, la percusión, canticos, ceremonias y alabaos. La pintura se derramo sobre sus cuerpos; en sus bastones se recrearon las formas dando nacencia a la escultura; las hojas de los arboles cubrieron sus partes pudorosas, la música arranco con la percusión en troncos y pieles curadas por el sol, el baile ritualizado le dio vida al teatro colocando así todas sus expresiones en la escena del mundo sobre el fondo negro de los siglos.

Aparece en la marcha una nueva raza blanca occidental - rozada o amarilla - verde o pálida de ojos claros azules-verdes – grises marrones o amarillos en todas las tonalidades.

Usan la medida el peso y los números, condensando toda la cultura precedida de siglos, se sintetizan dos etnias culturalmente y aparece Moisés en escena constituyéndose como maestro vinculante de estas dos corrientes, con sus grandes misterios y secretos de los ancestros africanos desde Jethro hasta las grandes pirámides y templos entre la arena y las rocas.

Moisés de cultura faraónica iniciado en los ocultos y misteriosos pensamientos viajo a Etiopia, refugiándose allí del señalamiento de asesinato.

En su pensamiento iban grabadas las leyendas mitológicas de los Atlantes; su divinidad, gloria y muerte. Etiopia era un asiento de árabes empujados allí por fenicios desde el Yemen. Jethro y Moisés fueron maestro y discípulo, Moisés hablaba de las generaciones de Adán y profecías, fue escogido por Ihoa su D·os para que lo escuchara al frente de la zarza ardiendo. Moisés predica de los misterios de Elohim, ser de seres; difunde la leyenda sobre el reposo de la naturaleza. Noé invoca a su padre de incógnita sublimidad. Abraham, se hace auto paréntesis salvado de las aguas, y hereda a Josué su trabajo para que lo termine.

Moisés dejo su filosofía trivinculada de:

1. Símbolos hebraicos, con carácter ideográfico en triple sentido como cuerpo simbólico.

2. El discurso con sus entonaciones genuflexiones y silencios orales, como presente al misterio y tercio enlazando reglas que codifican con esmerada pureza todos los textos heredados con leyes, códigos, castigos y clemencias como objetivo de vida.

La herencia es resguardada bajo el código Mashora, y dentro de este los secretos en dos importantes compilaciones la Mishna y Ghemara, que guardados bajo un solo libro son llamados Talmud. Todo el peso y la fuerza heredada en sus más íntimos secretos se acopian en el libro Sepher-yetzirah:

Bajo una misma mirada y sentimiento, la Tora el Zohar y las clavículas que resguardan los secretos forman un solo cuerpo filosófico y totalitario con el nombre de Kabbalah.

Moisés conforma así la llama mística que alumbra la espiritualidad humana unificando la razón con el sentir de los seres vivos y razonados. “todo está en uno, el uno es un todo”. “La imagen es el principio y el principio es la forma que palpita, crece madura y muere; La Kabbalah utiliza como símbolos todos los elementos orgánicos e inorgánicos sobre la tierra. Así su lectura tiene como base un alfabeto universal.

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